martes, 17 de abril de 2007

El auge del baloncesto alcazareño

Vamos llegando a unos momentos de la temporada en los que se pueden ir haciendo valoraciones. Algunos equipos del club ya han finalizado sus competiciones, y otros se encuentran ya en la recta final.

Así, si vamos viendo la temporada que se está realizando, podemos darnos cuenta de que el baloncesto alcazareño se encuentra en pleno auge. Ya sé que esto no es ninguna novedad con el tema Adepal y demás. Pero la realidad es que el optimismo reina en la nave del primera autonómica. De momento tienen relativamente fácil el meterse en la fase de ascenso a primera nacional, y a partir de ahí, soñemos, o mejor dicho, veamos la realidad. Esta realidad no es otra de que se cuenta con un equipo con potencial, que está en un estado de forma excepcional, y que encima se ha reforzado con una muy buena incorporación. Y como en los últimos artículos publicados en el blog de Pablo Conde ya se ha hablado lo suficiente de este tema, no me queda nada que añadir.

Pero es que aquí no termina la cosa. Otro equipo local, el de los Rookies, también tiene la opción de subir de categoría. Se encuentran en segunda autonómica, y en estas semanas disputan la fase de ascenso, muy complicada por medirse a equipos con una estructura más solida, pero no menos ilusionante. Lo tienen realmente difícil, pero ya debe ser un honor para este grupo de amigos el jugarse un ascenso, y no es su primera vez.

De momento, tres equipos de Alcázar tienen la oportunidad de subir un escalón. Y todavía queda mejor decir que todos los equipos de baloncesto masculinos de Alcázar tienen la oportunidad de subir dicho escalón.

Y es una pena tener que poner la coletilla de "masculinos", porque las chicas se privarán de disputar la fase final debido a su irregular comienzo de temporada. Y también es una pena que todos estos equipos no reciban el mismo apoyo, y sinó el mismo, algo más.

Aún así, lo que debe de quedar claro es que el baloncesto en Alcázar puede vivir un año inolvidable con Adepal y el primera autonómica, y por qué no, con los ya mencionados Rookies. Lo que debe quedar claro es que a los dos equipos de nuestro club les queda lo mejor de la temporada, los momentos más emocionantes, y los más bonitos de jugar y de ver. Lo que está claro es que el baloncesto en Alcázar está en auge.

lunes, 2 de abril de 2007

Sayonara junior.

La categoría junior ha despedido este domingo una temporada atípica, rara, extraña,.... y podría seguir con una larga lista de calificativos.

Y es que, por lo menos el junior regional, en el que milito y por tanto soy testigo de primera mano, ha vivido momentos y momentos, buenos y malos, y ha vivido todo tipo de situaciones.
Para ponernos en situación, y analizar brevemente la temporada, algo muy difícil por cierto, he de recordar que este conjunto ha finalizado séptimo en la clasificación.

Todo comenzó en verano, y como pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando muchos de nosotros soñábamos con meternos en la fase final. Lo importante es que algunos nos lo creímos, pensábamos que teníamos potencial suficiente para estar ahí. Queríamos olvidar los fantasmas que acechaban a nuestra generación, que en cadete rondó los puestos de abajo.

Nuevo entrenador, Eugenio Lucerón, y nuevos aires. Un técnico que tras un año sin entrenar se hacía cargo de un conjunto al que muy pocos querían, algo que también es digno de agradecer.
Y el comienzo de la temporada no fue malo. Debut contra Guadalajara, que juega otra liga distinta a la nuestra. Después Daimiel, que es todo lo contrario a los primeros. Por fin un rival serio, viene Cuenca, y se da la sorpresa, ganamos. Todo son buenos propósitos, ilusiones, y confianza dentro del equipo. Pero a partir de ahí las cosas van de mal en peor.
Partidos que se pierden, o que se ganan con mal juego. Sucesivos encuentros en los que no se veía un equipo cómodo en la cancha hasta que llegó Criptana, un palo duro y un derby que se perdió ante uno de los de abajo. Ese partido marcó un antes y un después. A raíz de esto, y otros motivos que han de quedarse en el vestuario, el entrenador dimite. El equipo vive una situación desconcertante y algo insostenible. Pero aun así la cosa sale adelante. Ahora, naturalmente el objetivo no era la fase, sino cambiar la imagen, lavarse la cara y terminar lo mejor posible. Y creo que en parte se ha conseguido esto último. Gracias a Alfonso Arraez y Paco Abengózar la cosa salió adelante como pudo. Se ganaron algunos partidos, unos mejor que otros, hasta que el domingo acabó la temporada. Teníamos ganas de acabar bien, con buen sabor de boca, pero no pudo ser. Esa cara que quería terminar limpia ha dejado algunas manchas, pero no muchas como consecuencia del trabajo de estas dos personas, que se han pringado y nos han aguantado siempre.

Y es que dicen que el año junior es el más bonito de todos. Pues bien, no se si ha sido bonito o no, lo que sí ha sido es extraño. Durante esta temporada he vivido situaciones inéditas en mi baloncesto que, buenas o malas, no olvidaré.

Y para terminar, aunque el análisis lo podría extender más, y quién sabe si en algún que otro artículo lo vuelvo a tocar, no quería despedirme de la temporada sin olvidarme de aquellos que pasaron por aquí. Desde Eugenio Lucerón hasta Ismael Ropero, que jugó un partido con nosotros, pasando por Manu Pascual, nuestro preparador físico, que luego pasó a entrenador, y después desapareció, o esos jugadores que vinieron a probar y se ve que no les gustó este deporte. En fin, a todos, gracias por hacerme vivir una nueva experiencia en esto del baloncesto.