lunes, 5 de mayo de 2008

Expediciones fallidas

Con la eliminación del cadete regional en sus semifinales, esta semana se da ya por zanjado el año para los equipos de cantera del Grupo76 Al-kasar, o por lo menos, para aquellos que podríamos tildar como punteros. Punteros por su apellido, ya sean "especiales" o "regionales". Punteros por sus jugadores y jugadoras, teniendo en cuenta que aquí están los teóricos mejores. O tal vez punteros porque todos se han quedado a punto de cumplir sus expectativas, sin culminar sus más altas aspiraciones, a modo de montañeros que se presentan ante picos con el objetivo de coronarlos. Y ese ha sido el problema esta temporada. Ninguna expedición ha clavado la bandera del Grupo76 Al-kasar en sus respectivas cimas.

Está claro que el Everest no es lo mismo que el Aneto, o que en todos los grupos no había un Juanito Oiarzábal o una Edurne Pasaban (por aquello de la igualdad), pero cada uno de ellos partía con opciones, todas ellas finalmente frustradas.

Empezamos por los mayores, el junior especial. Su objetivo: llegar, por lo menos, al último campamento. Coronar era muy muy difícil, pero Alfonso Arraez tenía un grupo de chicos capaces de llegar a la fase. ¿Qué pasó? No se prepararon bien para esa excursión. Para llegar arriba hay que entrenar mucho, la preparación es fundamental. De lo contrario, uno no resiste altas presiones y acaba dando media vuelta antes de tiempo. Se quedaron a un paso, a unos pocos metros de llegar, pero sucumbieron. El último día les tocó aguantar un temporal de viento, nieve, granizo..., una tormenta llamada Guadalajara. La solución era fácil, haber llegado antes a su destino, pero no lo hicieron porque se lo tomaron con demasiada tranquilidad.

El junior femenino, por su parte, tenía un buen grupo. Algunas eran ya experimentadas en esa montaña, pero desde el inicio del recorrido se les vio sin oxígeno suficiente para resistir. Además sufrieron bajas durante su ascenso, y eso también les hizo mucho daño. Bajas de quienes más peso llevaban encima. Podemos decir que portaban la mayor parte de víveres en sus mochilas, y se lesionaron, llevándose consigo subsistencias para aguantar hasta la cima. Las lesiones de Viki Robles o Sara Alonso no fueron trascendentales, pero sí importantes para ese equipo, que se quedó a muchos metros de la cumbre.

Bajamos una categoría, y nos encontramos con dos equipazos que tampoco han logrado grabar su nombre en la cima. El cadete regional masculino era de los que contaban con más posibilidades antes de partir. En el campamento base era todo optimismo. Se podía llegar arriba, y se sabía. Pero también fallaron, cayendo muy dignamente ante Cuenca en semifinales, y privándose del deseado campeonato de España. Y sí, cayeron muy dignamente en semifinales, pero se confundieron de ruta. A Cuenca no se lo tendrían que haber encontrado hasta la final. Camino equivocado por tanto, ya sea por despistes durante la temporada, o por momentos de un equipo que quedó congelado en muchos tramos.

Y por último el cadete femenino. Tampoco coronó. Y eso que los primeros días fueron excepcionales para el equipo. No encontraban obstáculos en su camino, todo iba a pedir de boca. El tiempo acompañaba, las jugadoras respondían adecuadamente. Demasiado fácil tal vez, porque poco antes de llegar arriba les sorprendió un vendabal. Acostumbradas a pasearse por la competición, Puertollano apareció como un alud que se las llevó por delante. Se quedaron heladas con la que se les vino encima.

Así pues, mal resultado para estos equipos, que ni mucho menos son los únicos en las categorías inferiores del club, pero sí son los destinados a difundir el nombre del Grupo76 Al-kasar con más fuerza, a escalar los picos más altos.
No nos olvidamos de quienes están aún vivos en su subida. El cadete provincial masculino b sigue ahí. Lo triste es que si finalmente asciende toda la montaña, no podrá hacer lo propio con la categoría. Pese a ello, suerte.